¿Por qué adoro Wallace & Gromit?

Hace algunas semanas, en una de esas excursiones senderistas que me marco de vez en cuando por los alrededores de Barcelona, estuve hablando con una chica escocesa sobre lo mucho que nos gustaba Wallace and Gromit. Estas maravillosas historias creadas por el estudio británico Aardman me han fascinado desde que vi The Wrong Trousers por primera vez.



Este es el título que vemos aparecer cuando comenzamos a ver la peli, y me encanta. Podría tratarse de una película de terror de la Hammer o una de Las historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador, pero no, las historias de Wallace and Gromit son para niños. ¡Pero qué buenas son!




Muy lejos del lenguaje simplón y poco cuidado con el que se narran muchas series o películas infantiles, la narración Wallace and Gromit está muy trabajada y es de mucha calidad. Dirigido al público infantil, sí, sin ninguna duda. Pero tratando a los niños como espectadores que son y ofreciéndoles algo más que colorines, animalitos y gominolas. Pero bueno, no me voy a adelantar y empiezo por el principio. Wallace and Gromit fue creado por Nick Park y su primera aparición en pantalla fue en 1989 con A grand day Out. A parte de este primer corto de media hora, hay otros tres (The wrong trousers, A close shave y A matter of loaf and death), un largo (The curse of the were-Rabbitt), ganador del oscar a la mejor peli de animación en 2006; y una serie de 10 cortitos de 2 minutos y medio cada uno titulada Cracking Contraptions. Wallace es un inventor enamoradizo y que no deja de meterse en líos. Gromit, su fiel perro y amigo, es todo un intelectual amante de Dovtoiesky, Platón y el ganchillo, que hará lo imposible por cuidar de su amo y sacarle de todos los líos en los que éste acaba metido.



Cuando veo Wallace and Gromit realmente llego a olvidarme por completo de que estoy viendo algo infantil. Ante todo, siento que estoy viendo cine. Y eso me encanta. La mayoría de las historias tienen un elemento conductor que es el misterio. Situaciones de alta tensión adaptadas al universo infantil pero que te mantienen los ojos tan abiertos como si de Hitchcock se tratara. Esta escena (hasta el minuto 2 del vídeo, ya que hay dos del cura compiladas en el vídeo) de The curse of the were-rabbit es un buen ejemplo.





Los distintos gags que se intercalan dentro de la escena no le quitan ni un ápice de emoción. La tensa espera hacia un final trágico que está cantado, las cámaras subjetivas desde una perspectiva bastante baja que nos sugiere un animal peligroso acechando al cura, una atmósfera increíble. Todo este tipo de situaciones son una constante en las historias de Wallace and Gromit. Si antes hice referencia a Hitchcock no es por otra cosa que me el tipo de narrativa en muchos momentos me recuerda a la del maravilloso director británico. He aquí un ejemplo en el que comparo una escena de A matter of loaf and death con una escena de la película Psicosis de Hitchcock.


La fórmula para generar suspense a la que se ven sometidos Gromit y el policía de Psicosis es prácticamente idéntica. En la escena de A matter of loaf and death incluso la atmósfera está más potenciada y hay un uso más dramático de la luz gracias a la tormenta que acompaña la escena.


Otro de los clásicos de Hitchcock es el absoluto predominio de la imagen frente al diálogo. Normalmente cuando veo películas en versión original siempre lo hago con subtítulos porque pierdo montones de detalles con mi limitadito inglés. Sin embargo, cuando veo Wallace and Gromit nunca lo hago. Y es que se entiende todo porque el diálogo simplemente refuerza lo que ya estamos viendo. Cada vez que reconozco una de estas escenas tan visuales cuando veo una película es algo que consigue emocionarme de verdad. ¡Y Wallace and Gromit está llena de ellas! Un buen ejemplo de esto son el uso que siempre se hace de los periódicos para aportar información al espectador sin tener que meter diálogo.


Muy relacionado con esto, el personaje de Gromit es completamente mudo. No sólo no habla, como podría ser previsible en un perro, sino que no emite ningún sonido. Esto hace que en las historias se necesite reforzar mucho todo el aspecto visual y de acting para que el papel del perro sea legible. Y vaya que si lo es. Gromit es uno de mis personajes favoritos de animación. Detrás de esa aparente frialdad, hay un personaje lleno de appeal, ternura y que tiene una expresividad que me parece maravillosa.






Y este me parece otro de los grandes puntos fuertes de Wallace and Gromit. Pese al género predominante del suspense, son historias que nunca pierden la ternura. La relación entre los personajes de Wallace y Gromit es conmovedora, lo que nos lleva al gran tema que está detrás de estas historias: la amistad. Ni el peor de los peligros puede con la inquebrantable personalidad de Gromit y su instinto de defender a su amo.



Toda la acción, todo el suspense y tensión que rodea las historias de Gallace and Gromit no es más que un maravillosa y divertida excusa para hablar de la relación entre estos dos amigos. ¿Qué mejor forma hay de tratar el tema de la amistad y fidelidad que estar poniendo en riesgo constante ese vínculo con un sinfín de peligros cada cual más difícil de superar para los protagonistas? Absolutamente ninguna.

La escena de a continuación pertenece a la peli The wrong trousers y es divertidísima. No obstante, si no has visto el corto y te gustaría verlo, casi mejor pasa al siguiente vídeo y no seas spoileado!



Aquí os comparto un Cracking Contraption que es precioso. Si esto no es ser un buen amigo, nada lo es.



Y esa es la mejor forma de transmitir valores, implícitos dentro de la propia trama de la historia. Si no, lo más probable es que nos quede una escena ñoña y artificial al estilo a la que parodiaron Los Simpsons con Rasca y Pica.




Otra de los aspectos que me encantan de Wallace and Gromit es que es muy muy británica. Me resulta superdivertido ver el autoretrato que hace de la sociedad británica y la manera en que la muestran al mundo de una forma divertida y maravillosa. Porque todas las culturas tienen sus particularidades y se puede sacar muchísima chica de ello. Para contar una historia americana, lo mejor es que la cuenten los americanos porque además son los que más familiarizados están con su narrativa y, por tanto, es fácil de que sean los que mejor controlen este tipo de producciones. No tiene sentido que ingleses, franceses o españoles hagan producciones americanizadas. ¿Para qué? Si ya hay muchas, y además cuetan con más tradición, medios y presupuesto. Me parece francamente estrellarse una y otra vez contra la misma pared. En este sentido, Wallace and Gromit también me parece brillante. Una serie británica que habla de británicos de una forma divertida y fresca y que le hace gracia a todo el mundo.




Me resultó genial la escena en la que Wallace construye un cohete hiper tecnológico para ir de vacaciones a la luna. Y cuando lo vemos por dentro nos encontramos con esto:


Empapelado con el papel de colgadura tan típico de esta gente, la raqueta de tenis por ahí tirada, los cuadritos, la lamparita de pie. Me parece genial, la verdad.




Para terminar os comparto un making of de A matter of loaf and death en el que podéis ver todo el proceso que hay detrás de Wallace and Gromit y que lo hace posible.


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